14.11.11

DECAPITADO

A la Niña de las Estrellas cuya luz benefactora no he sabido conservar


Mejor que un sueño hecho realidad
mujer hecha de sueños para mí
que soy hombre de pesadilla
en realidades torcidas.


Ruede mi testa sangrante
entre sus piernas desnudas
si más no pudiera quererla
como quiera que lo merezca.


No vanidoso, sino insensato,
a rogarle llegué incluso
laberintos crecederos
de locas noches descabezadas
por las que mi pasión rodaría
en el paréntesis de la amnesia...


Tonto fui por pensarlo,
más tonto aún por pedirlo,
y ahora tonto, también, por contarlo.


7.11.11

EPÍLOGO PERPETUO

Ninguna realidad es suficiente
y yo, cada vez más volátil,
de sueño en sueño me pierdo
por un anhelo feroz,
donde todo vale y nada sirve
a la efímera verdad
que restablece el capricho
de nuestra conexión extinta
en la ilusión inmortal...
Dejémoslo así.