29.3.15

EL MARATONIANO ETÍOPE

Hay un hombre
que se come la mano
y rabia con el mudo hervor
de un idioma domado.

Hay un hombre
exhausto de espigar un faro milenario
que titila sobre negras espumas 
y negros acantilados.

Hay un hombre 
palpitante de sangrar salado
que se hizo dios de morirse
en cada solitario tranco.

Hay un hombre
en la inmensidad de lo humano
que se detiene, otea el horizonte
y corre cansado.



Aunque el estertor que lo hace audible salga rubricado por mis bronquios, Antonio Romero, Antero, es el inspirado responsable de alumbrar el poema, así como de incurrir en la gentileza, completamente inesperada, de dedicármelo. Supongo que no pretendía dejarme boquiabierto y sin léxico que tripular, pero tal fueron los preámbulos de la gratitud que quisiera elevar desde el tabernáculo de esta entrada. En cuanto al tapiz musical que caracolea al fondo, corresponde a un fragmento de «Child's Footprint Duo», trecho perteneciente a la banda sonora que el violonchelista Ernst Reijseger compuso para el documental Cave of Forgotten Dreams dirigido por Werner Herzog.

28.3.15

SOLO RUMORES

Leo en el lío que religo
los alientos desbordados del sepulcro;
cantan con la copla de las fuentes:
«Querido, sé pulcro y mójate ya».

2.3.15

DISCRASIA

Si alguna vez fui hombre
no me lo reprocho:
los muertos también tienen antojos
que se siguen por necesidad
en el tiempo donde empieza 
el olvido veleidoso de los vivos.