12.7.11

DÉJAME DOLERTE

Mundo, déjame dolerte en paz,
como el grano de pus que madura
insolente en la cara risueña,
o esa carroña sincera
que en mitad del bosque proclama
su despedida silente.
Nunca te he necesitado
porque jamás me deseaste;
tantos afanes te perdí,
de tantas victorias me privé,
que sólo por seguir aquí
persevero en despreciarte.
Inmundo, déjate dolerme sin piedad,
que antes, sin pena, te quise salvar
para mejor condenarte después
exiliado entre tus ruinas;
ahora quiero el serte ausente
del para nada conmigo cuentes,
ya sea para cambiar de mundo,
o mundo a mundo, ser destruido.


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