6.6.18

TEONANÁCATL

Gestado en 1995 e incluido en Tropiezos en el purgatorio, el primer volumen de analectas que dejé inédito, dedico a Ramón M. este icaro o canto chamánico que versa sobre la mirada que nos reversa y me fue útil como liana verbal para el rescate de un alma extraviada, la mía.

Condenso en mí al primer
y al último hombre;
veo el revés del devenir,

nado en el llanto
de una placenta sonriente
que me indaga con estelas de expansión.


Soy huella radiante

y susurro de piedras;

soy flujo de estrellas

y materia sibilante:

piel cazando inmensidad desde el matiz,
un dios comestible que se hace el vacío.


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