La devastadora fuerza de vivir
y su oculto sentido.
Nadie conoce otra medida.
Su imperio encierra
toda imaginable vileza.
Y el esplendor que apagadamente canto.
Pues nada de igual modo se produce.
Esa es la desnuda verdad
a la que pocos quieren sujetarse.
Nada necesita explicación
fuera de esta ley de lo mudable.
Oh, gigantesca herida.
Oh, amor más perdurable que los siglos;
acógeme, escóndeme, guárdame.
Díctame estas palabras descarnadas.
Sea siempre fiel a tu misteriosa justicia.
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