13.1.15

EL HUMILLADERO

No tengas piedad, te lo suplico,
en hacerles la guerra santa
a los felices atormentados
que se refugian en mí;
hazla también sin errata
a estos mediocres versos
que de fe te la declaran.
No vaciles, no recules, 
no enmiendes una sola
de tus estrategias fatales.

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