Juguemos con las apariencias
y su realismo de saldo;
finjamos engañarnos practicando
el simulacro del libre arbitrio
con sus responsabilidades adquiridas;
encapsulemos el presente en la fosa
de las historias cumplidas
por los proyectos venideros;
seamos, una vez más, consecuentes
con el delirio de ser personas.
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